Transcurridos 22 años de su canonización en el Hipódromo del Sur de la capital guatemalteca, su pueblo natal rinde homenaje a su hijo más ilustre.
El pasado domingo 1 de diciembre se inauguró en el casco histórico del municipio sureño, una escultura en honor al primer santo canario, el chasnero Pedro de Bethencourt. El acto contó con la presencia de la alcaldesa de Vilaflor de Chasna, Agustina Beltrán, miembros de la Corporación Municipal, el autor de la obra y cónsul de Guatemala, Alejandro Tosco, el Cronista Oficial de Vilaflor de Chasna, Nelson Díaz Frías, el delegado diocesano de patrimonio cultural, Miguel Ángel Navarro, el párroco de la localidad, Arnovio Galavís, las Hermanas Betlemitas, así como una trintena de vecinos y vecinas.
La obra “Santo Hermano Pedro, Camino de Santidad” se alza en la Plaza de San Pedro, entre el santuario donde se ubicaba su ya desaparecida casa natal, y la iglesia de San Pedro Apóstol, custodia de la antigua pila bautismal del siglo XVI en la que recibió las aguas bautismales el 21 de marzo de 1626. Un bello enclave, donde se entremezclan los sentimientos chasneros y guatemaltecos, y en el que el artista canario Alejandro Tosco ha sabido reflejar la obra vital, el sentimiento y legado espiritual de aquel humilde cabrero chasnero que con 23 años partió a tierras americanas, primero a Cuba, luego a Honduras y finalmente a Guatemala; país en el que entregó su cuerpo y alma a los más necesitados y marginados mediante su labor benefactora y obra hospitalaria. Ese recorrido realizado por el Hermano Pedro, es el que Tosco ha reflejado a través de un camino adoquinado que parte de la mano del Santo sujetando el elemento que más lo caracteriza, la campana, que se encuentra a ras del suelo en señal de humildad, apego a la tierra y pasión por la naturaleza, y junto a ella, la flor del esquisúchil (Bourreria Huanita), conocido como el árbol sagrado del Hermano Pedro, al que la tradición oral le atribuye propiedades curativas y hasta milagrosas.
En la parte trasera de los más de dos metros y medio de alto de la obra, Tosco apuesta por una reflexión descriptiva a través de 12 palabras estampadas en el bronce, que sintetizan la vida del insigne chasnero: Dios, pastor, camino, misión, San Francisco de Asís, Virgen de Candelaria, humanidad, naturaleza, humildad, bondad, perdón y amor. En su conjunto, la obra explicita un discurso humilde y una narrativa visual orientada al simbolismo religioso, rasgos que entroncan con la vida y obra del Hermano Pedro y que a su vez, perduran con orgullo en los habitantes de esta comarca del sur tinerfeño.
El Hermano Pedro murió a la edad de 41 años, el día 25 de abril de 1667. Sus restos mortales reposan en la Iglesia de San Francisco el Grande, Antigua Guatemala. Fue beatificado en 1980 en la Basílica de San Pedro del Vaticano y canonizado en la Ciudad de Guatemala por el Papa Juan Pablo II en 2002. En la actualidad, está en proceso una propuesta del Ayuntamiento de Vilaflor de Chasna para declarar al Santo Hermano Pedro copatrón de Canarias.