En el centro de la capital grancanaria encontramos la cocina internacional del chef Guillermo Ramírez, en la que combina a la perfección la vanguardia con la tradición de la cocina local. Plasmando su larga experiencia como cocinero alrededor del mundo, el objetivo del restaurante Pícaro es claro: crear platos para compartir tiempo y comida con los más cercanos.
Sin más, ni menos
Sencilla, fresca y cercana. Así es la cerveza grancanaria. Artesana y elaborada a partir de la almendra tejedense, el chef Borja Marrero recopila las bases que definen su cocina KM 0 en su cerveza Texeda. Sus tres variedades son un grito al estilo de vida tranquilo de nosotros, los canarios. La de Almendra, La Fresca del Sur y La de Trigo. ¿Con cuál te quedas?
Edgar Carballo, a pico y pala
Puedes encontrar a Edgar Carballo dando saltos con una moto de cross; ajustando y limpiando una de sus bicicletas; con una pala excavadora trabajando en su circuito o recogiendo papas con su suegro. Este incansable joven, nacido en 1988 en el municipio tinerfeño de Arafo, tiene un profundo espíritu de lucha que le ha llevado a ser uno de los ciclistas de descenso y enduro más prestigiosos a nivel internacional.
Actualmente, corre como profesional para el Orbea Fox Enduro Team; cuenta con varios campeonatos nacionales de Enduro y Descenso entre su amplio palmarés y ha participado en la prestigiosa Copa del Mundo. Pero el camino para llegar hasta ahí “no ha sido nada fácil”.

Desde sus inicios tuvo que superar las adversidades. “Con tan sólo 15 años y animado por la gente que me seguía, debuté en el Campeonato de España que se celebró en Candanchú. Mandé mi bici por correos pero nunca llegó, así que conseguí que me prestaran una y logré el subcampeonato”, nos cuenta.
Su familia siempre le apoyó aunque le mantuvieron con los pies en la tierra. Tuvo que compaginar desde pequeño los estudios y el trabajo con su padre, arreglando camiones. “Ir en bici me motivaba a trabajar duro con mi padre, además gracias a eso tengo muy buenas manos como mecánico”, oficio en el que se titularía más tarde.

Cuando se decidió a apostar por su carrera deportiva, cogió sus ahorros y viajó en su furgoneta por toda Europa, en la que vivía durante largas temporadas para poder participar en las pruebas. “Viniendo de los Alpes, se me rompió la furgoneta en la costa francesa. Me tuve que quedar una semana tirado en un pueblo perdido hasta que el seguro lo arregló”, recuerda ahora entre risas. Otras veces se quedaba sin dinero y los amigos le tenían que ayudar. “Da igual, tu corre y ya verás que pasa y al final todo saldrá”, se decía a sí mismo cada vez que estaba en problemas.
Pese a que elige Tenerife como el mejor destino del mundo para practicar bicicleta de montaña, a veces entrenar es complicado para él por las restricciones en los espacios protegidos de la Isla. Por eso, consiguió que tanto el ayuntamiento de Arafo como vecinos del pueblo le cedieran unas fincas para poder practicar. “He metido la pala, he hecho diferentes circuitos y bastantes saltos”, nos confiesa agradecido.
Ahora trabaja en un proyecto que le ilusiona especialmente porque es para los jóvenes: “Tengo proyectos hechos con el Cabildo de Tenerife para crear un Bike Park en un cortafuegos que se puede adaptar a cualquier zona. Sería un triunfo por la cantera y por los niños que empiezan”.
Cualquier otro hubiera abandonado por el camino, se hubiera dedicado a otra cosa. Pero es tal la pasión de Edgar que ha luchado con todo para hacerse un nombre en este deporte.
Edgar Carballo, a pico y pala
Puedes encontrar a Edgar Carballo dando saltos con una moto de cross; ajustando y limpiando una de sus bicicletas; con una pala excavadora trabajando en su circuito o recogiendo papas con su suegro. Este incansable joven, nacido en 1988 en el municipio tinerfeño de Arafo, tiene un profundo espíritu de lucha que le ha llevado a ser uno de los ciclistas de descenso y enduro más prestigiosos a nivel internacional.
Actualmente, corre como profesional para el Orbea Fox Enduro Team; cuenta con varios campeonatos nacionales de Enduro y Descenso entre su amplio palmarés y ha participado en la prestigiosa Copa del Mundo. Pero el camino para llegar hasta ahí “no ha sido nada fácil”.

Desde sus inicios tuvo que superar las adversidades. “Con tan sólo 15 años y animado por la gente que me seguía, debuté en el Campeonato de España que se celebró en Candanchú. Mandé mi bici por correos pero nunca llegó, así que conseguí que me prestaran una y logré el subcampeonato”, nos cuenta.
Su familia siempre le apoyó aunque le mantuvieron con los pies en la tierra. Tuvo que compaginar desde pequeño los estudios y el trabajo con su padre, arreglando camiones. “Ir en bici me motivaba a trabajar duro con mi padre, además gracias a eso tengo muy buenas manos como mecánico”, oficio en el que se titularía más tarde.

Cuando se decidió a apostar por su carrera deportiva, cogió sus ahorros y viajó en su furgoneta por toda Europa, en la que vivía durante largas temporadas para poder participar en las pruebas. “Viniendo de los Alpes, se me rompió la furgoneta en la costa francesa. Me tuve que quedar una semana tirado en un pueblo perdido hasta que el seguro lo arregló”, recuerda ahora entre risas. Otras veces se quedaba sin dinero y los amigos le tenían que ayudar. “Da igual, tu corre y ya verás que pasa y al final todo saldrá”, se decía a sí mismo cada vez que estaba en problemas.
Pese a que elige Tenerife como el mejor destino del mundo para practicar bicicleta de montaña, a veces entrenar es complicado para él por las restricciones en los espacios protegidos de la Isla. Por eso, consiguió que tanto el ayuntamiento de Arafo como vecinos del pueblo le cedieran unas fincas para poder practicar. “He metido la pala, he hecho diferentes circuitos y bastantes saltos”, nos confiesa agradecido.
Ahora trabaja en un proyecto que le ilusiona especialmente porque es para los jóvenes: “Tengo proyectos hechos con el Cabildo de Tenerife para crear un Bike Park en un cortafuegos que se puede adaptar a cualquier zona. Sería un triunfo por la cantera y por los niños que empiezan”.
Cualquier otro hubiera abandonado por el camino, se hubiera dedicado a otra cosa. Pero es tal la pasión de Edgar que ha luchado con todo para hacerse un nombre en este deporte.
Tocando el cielo en Monkey Beach
Por todos es sabido que Monkey Beach Club se ha posicionado, en la última década, como referente en ocio y gastronomía de Tenerife. Su enclave privilegiado, justo encima de la Playa de Troya, y con una de las vistas más bonitas de La Gomera desde la Isla, lo alzan como un templo que todos quieren visitar.
Y no es para menos… Tras su reforma, el buque insignia del Grupo Monkey ofrece, por ahora, tres espacios diferenciados donde disfrutar de cualquier tipo de plan: aperitivos, almuerzos, cenas, puestas de sol, cócteles; acompañados de unas vistas espectaculares y una propuesta culinaria que no podemos obviar.

Hace ya unos meses nos sorprendieron con su nuevo restaurante, Bésame Mucho, una arrocería donde rinden homenaje al producto, ofreciendo también pescados y mariscos a la brasa. De primera mano, podemos decir que los platos son impecables en cuanto al sabor y al trato de la materia prima y que la decoración que envuelve el local te invita a vivir una experiencia única.
Como no podía ser de otra manera, te recomendamos sus arroces: negro con sepia, caldoso con bogavante, con calamar… Eso sí, no dejes de pedir para abrir boca, unas lapas gratinadas, una ensaladilla de papa negra o un tartar de atún rojo con caviar Zar Imperial. Esta es la primera marca canaria de caviar, que, además, se elabora con el método artesanal que utilizan los maestros desde hace siglos. Puedes probarlo en sus platos, disfrutarlo solo o hacerte con él para saborearlo en casa. Todo un lujo.
[foogallery id=»7203″]
Sin embargo, si lo que te apetece es desconectar con un aperitivo, tu lugar es Kong bar. Un mirador espectacular donde los conocidos barmans de Monkey Beach estarán esperándote para sorprenderte con su coctelería premiada y reconocida.
Para el final hemos dejado la nueva apuesta del Grupo: el Cielo de Monkey Beach Club. Imagínate un atardecer, una copa de Moët & Chandon, música de ambiente con los mejores DJ, algo de sushi y una piscina. Sí, efectivamente, ¡no imaginamos una forma más realista de tocar el cielo!

Brindis Submarino
La Denominación de Origen Protegida (D.O.P) Canary Wine/Islas Canarias, desde que se fundara hace más de diez años, apuesta por defender el producto vitivinícola regional. Bodegas Monje, situada en un enclave excepcional dentro de Tenerife, pertenece a la D.O.P por su forma de trabajar y cultivar la vid desde que, en 1750, la familia Monje decidiera instalarse la Isla.
“La Hollera”, lugar en el que los vinos Monje vienen al mundo, está situada en el municipio de El Sauzal y no solo nos entrega esta bebida conocida como el néctar de los dioses, sino que también cuenta con unas vistas que dejan sin aliento a todo el que la visita. Sin embargo, no será ella la protagonista de esta historia.
Dejamos la tradicional bodega, para desplazarnos a 18 metros de profundidad del mar. Con tan solo la compañía de la flora y la fauna, el tinto Tradicional Submarino estuvo sometido a una crianza de cinco meses bajo el Océano Atlántico. Realizado junto con la Bodega Submarina de Canarias, este proyecto busca romper los esquemas. Porque, ¿qué es más innovador que un vino que abandona las comodidades de una bodega para enfrentarse a las adversidades del lecho marino?
Además, y por si fuera poco, desde Bodegas Monje quieren que su público disfrute de todo este proceso. Por eso, han activado una experiencia de cata submarina donde poder visitar este tinto rodeado del medio que lo ha visto evolucionar. Luego, de vuelta al mundo terrestre, se podrá llevar a cabo una comparativa entre el vino submarino y su testigo en tierra. ¿Podrás captar las diferencias entre ellos?
Tradicional Monje
Productor: Bodegas Monje
País de origen: España
Región: Islas Canarias, Tenerife
Tipo de vino: Tinto
Cosecha: 2017
Grado alcohólico: 13,0%Vol.
Variedad: 85% listán negro, 10% listán blanco y 5% negramoll
A la vista: color rubí y tonos violetas
En nariz: El proceso de crianza bajo el mar consigue en este vino aromas más intensos y maduros.
En boca: Los sabores están muy bien ensamblados y se ha conseguido pulir algunos taninos haciendo en su conjunto un vino muy equilibrado.
Maridaje: Quesos, embutidos, arroces, verduras a la plancha, carnes blancas
Precio: 26,00 €