
Desde su arquitectura blanca con acabados en madera y piedra del sur de Tenerife, el Royal Hideaway Corales Villas impone por su elegancia serena y contemporánea. Cada línea del diseño está pensada para abrirse al horizonte, enmarcando unas vistas privilegiadas del océano y de La Gomera. Atardeceres inolvidables tiñen cada estancia de una luz dorada que lo envuelve todo con calidez y quietud. Aquí, el lujo no se redefine: se personaliza.
Piscina infinity, atención minuciosa, villas con terrazas privadas, interiores de diseño actual y piscinas individuales en algunas habitaciones, configuran un entorno donde la exclusividad se percibe en cada gesto. Todo está concebido para ofrecer una experiencia de desconexión total en un espacio de superlujo sereno y luminoso, alejado del bullicio costero pero muy cerca del horizonte.
El hotel cuenta con Materia Pool Bar, el restaurante junto a la piscina, donde una carta fresca y bien ejecutada convierte cada almuerzo bajo el sol en un momento de placer despreocupado que se transforma Materia Elemental Bar, donde la coctelería de autor es protagonista. Pero es con Crater y Bonfire donde la apuesta gastronómica alcanza su plenitud: dos conceptos que, desde enfoques distintos, reafirman la conexión del proyecto con el territorio y el producto.
Crater: cocina de identidad desde el corazón de las islas
Ubicado en el corazón del complejo y con vistas excepcionales a Costa Adeje, Crateres una oda a la memoria gustativa de Canarias. Al frente, Eduardo Domínguez propone una cocina elegante, emocional y sin artificios, basada en ingredientes locales, técnicas respetuosas y una narrativa clara: contar la historia del territorio a través del sabor.
Durante este primer año de vida, La Palma ha sido la isla elegida como hilo conductor del menú. Todo el equipo ha viajado por la isla, colaborado con pequeños viticultores y trabajado estrechamente con el Centro de Agrodiversidad de La Palma. El resultado es una propuesta coherente, profunda y luminosa, que entrelaza historia, cultura y paisaje en cada pase.
El espacio, íntimo y acogedor, deja todo a la vista: cocina abierta, ritmo pausado y un servicio que equilibra cercanía y elegancia. El comensal se siente como en casa, pero con ese punto de distinción que transforma la experiencia en algo memorable.
Desde los panes de Zulay —trigo y centeno palmeros, fermentación lenta— acompañados por mantequilla de cabra blanca con aceite ahumado en hueso de aguacate, hasta postres que rinden homenaje a los dulces tradicionales desde un enfoque lúdico y preciso: falsa rapadura de plátano, falso Ferrero con bienmesabe, roca salina, y como cierre, un delicado Príncipe Alberto.
En esta cocina no hay espesantes. Las reducciones se logran a fuego lento, y los sabores aparecen limpios, definidos, con una potencia que emociona. Especial mención merece el helado de chocolate con mojo rojo y miel de tedera: una fusión insólita que funciona, y que deja huella.
Uno de los momentos más esperados del verano será la visita de Patricia Perdomo, enóloga con personalidad propia dentro del nuevo panorama vinícola canario, que presentará sus vinos en una cena maridada especialmente diseñada para la ocasión.
Bonfire: fuego, producto y contemporaneidad
Donde Crater conecta con la tierra, Bonfire lo hace con el fuego. Bajo la dirección de Álex Garrido, este restaurante convierte la brasa en lenguaje refinado, lejos del tópico rústico. La estética es sobria, depurada. La propuesta, intensa y precisa.
Carnes nobles, pescados enteros preparados al momento, verduras llevadas al límite de la caramelización… Todo se cocina con intención. Los fondos, potentes. Las salsas, ácidas y ligeras, aportan contraste sin saturar.
Uno de los hitos de la temporada será la colaboración con Nicomedes, el legendario puesto del Mercado de Nuestra Señora de África: una traslación directa del alma popular al universo elegante de Corales Villas, bajo la mirada afinada de Garrido.
Una experiencia pensada para quedarse
Royal Hideaway Corales Villas es un lugar concebido para detener el tiempo. Un refugio donde cada elemento —desde los materiales hasta la luz— ha sido escogido para generar calma, confort y belleza. Un lugar donde dejar el mundo atrás.
Las habitaciones cuentan con terrazas privadas, interiores de líneas limpias, piscinas individuales en algunas villas, y todo el complejo gira en torno a una piscina infinity con vistas abiertas al Atlántico. La atención es excelente, de esas que parecen adivinar lo que uno necesita sin tener que pedirlo.
Como ellos mismos expresan en su carta de bienvenida:
En el corazón del Atlántico, donde el océano susurra historias de calma y la brisa acaricia la piel con el aroma del mar y la lava dormida, nace un refugio de exclusividad y serenidad: Royal Hideaway Corales Villas.
Aquí, el tiempo se detiene, el alma se serena y cada instante invita a reconectar con la esencia más pura de Canarias.
GastroCorales Summer Fest, todo el verano, todos los días
Del 15 de mayo al 15 de septiembre, el GastroCorales Summer Fest convierte al hotel en un escenario de creatividad gastronómica sin interrupciones. A diferencia de otros festivales, aquí no hay que esperar fechas concretas: cada comida en Crater, Bonfire o Materia forma parte de un recorrido más amplio.
Y como aliciente añadido, cada almuerzo o cena es una oportunidad para participar en sorteos especiales que incluyen noches de alojamiento, menús degustación o experiencias exclusivas en los rincones más selectos del complejo.




