Al pensar en una calabaza, todos las imaginamos naranjas y redondas. Pero lo cierto es que hay alrededor de 800 tipos diferentes, aunque solo unas 200 son comestibles.
Pueden ser blancas, verdes, amarillas o, incluso, rayadas, y su forma también varía: redondeada, ovalada, aplastada, lisa o con hendiduras. Sin embargo, lo que todas guardan en común son sus beneficios, ya que están libres de colesterol y resultan ricas en vitamina A y minerales como el potasio o el fósforo.
Pese a todo esto, lo más reseñable de las calabazas en esta época es su presencia fundamental en Halloween. ¿Sabías de dónde viene esta relación? Cuenta la leyenda que las calabazas con luz en su interior tienen una función de ‘linterna’ para guiar a las almas perdidas en su camino al descanso eterno.
La tradición de las calabazas en Halloween proviene de una antigua leyenda irlandesa llamada Stingy Jack o Jack el Tacaño. Según la leyenda, Jack era un hombre astuto y tramposo que consiguió engañar al diablo en varias ocasiones, logrando siempre salir airoso de sus tratos. Pero al final, esta astucia le llevó a un destino peculiar.
La leyenda de Stingy Jack
Jack era conocido en su pueblo como un borracho y un estafador. Un día, Jack invitó al diablo a beber con él, pero no quería pagar por la bebida. Entonces convenció al diablo para que se convirtiera en una moneda con la que pagar la cuenta. El diablo aceptó, pero Jack, en lugar de pagar con la moneda, la guardó en su bolsillo junto a una cruz de plata, lo cual impidió que el diablo recuperara su forma original. Jack finalmente acordó liberar al diablo, pero con la condición de que no se llevaría su alma al infierno cuando muriera. El diablo accedió, y Jack lo liberó.
Años después, cuando Jack murió, no fue admitido en el cielo por sus malas acciones, pero el diablo tampoco lo dejó entrar al infierno por el trato que habían hecho. En su lugar, el diablo le dio a Jack un trozo de carbón encendido para que iluminara su camino mientras vagaba eternamente por la oscuridad. Jack puso el carbón dentro de un nabo hueco para que no se apagara, creando una especie de linterna. Desde entonces, fue conocido como Jack of the Lantern o Jack-o’-lantern.