Este mes de mayo se cumplen 60 años desde que Los Beatles vinieron a Tenerife. Y es que quién les diría a Los Beatles que sus últimas vacaciones en tranquilidad y anonimato serían en Tenerife. Era mayo de 1963 cuando terminaron de grabar su tercer single y el disco Please Please Me, y con el objetivo de descansar de la fama que comenzaba en Reino Unido, George, Ringo y Paul vinieron a la Isla.
El trío pasó diez días en Tenerife, mientras que John estaba en Torremolinos con la jet set. Buscando el buen clima y la tranquilidad se alojaron en una casa en Los Realejos, que aún sigue en pie, pero cuando llegaron estaba a medio construir.
Como buenos turistas, visitaron el Observatorio de Izaña y el Parador de El Teide, pasearon por La Orotava e incluso asistieron a una corrida de toros en la Plaza de Santa Cruz. Sin embargo, la mayor parte del tiempo estuvieron en el Lido San Telmo, lo que años después fue la construcción del Lago Martiánez. También pasearon por el resto de Puerto de la Cruz.
Su paso en Tenerife fue el último sin fans, sin flashes y sin periodistas. Ya eran conocidos en Reino Unido, pero en España ni siquiera eso. Una de las noches fueron a tomar algo y se ofrecieron a tocar gratis en el club de San Telmo. El dueño, David Gilbert, se negó debido a sus apariencias hippies, con las largas melenas de la época, una decisión de la que hoy en día se arrepiente.
La Isla, como el resto del país, estaba bajo la dictadura franquista, aislada del desarrollo y el modernismo de Europa. Esto asombraba a Los Beatles, ya que gozaban de una tranquilidad que no volvieron a ver, sin ser reconocidos ni perseguidos por las calles.
Tan solo dos días después de volver de Tenerife, Please Please Me se convertía en número uno de todas las listas, despegando el éxito de la banda.