Hay placeres sencillos que nunca pasan de moda. Uno de ellos es, sin duda, el ritual de los churros recién hechos con una taza de chocolate caliente. En Tenerife, donde el clima invita más al cortado que a las bufandas, esta costumbre tiene sus templos. Desde Santa Cruz hasta Los Cristianos, la isla cuenta con auténticas instituciones churreras donde el sabor, la textura y el ambiente se mezclan en la dosis justa de nostalgia y felicidad.
A continuación, una ruta dulce por algunos de los mejores lugares para disfrutar de churros en la isla.
1. La Churrería Tradicional (Santa Cruz de Tenerife)
En pleno corazón de Santa Cruz, en la calle Valentín Sanz, se encuentra La Churrería Tradicional, un clásico de los desayunos capitalinos. Desde primera hora de la mañana, el aroma a masa recién frita inunda la calle, atrayendo a trabajadores madrugadores, familias y turistas curiosos.
Su secreto está en la ligereza del churro y en un chocolate espeso y equilibrado, con el punto justo de dulzor. Ideal para empezar el día con energía o cerrar la jornada con sabor a infancia.
2. La Placita de Abajo (Tacoronte)
Si hay un lugar que ha elevado el concepto de “merienda generosa”, ese es La Placita de Abajo, en Tacoronte. Famosa por su promoción de churros y chocolate ilimitados por menos de diez euros, esta churrería se ha ganado el corazón de los tinerfeños por su ambiente familiar y sus porciones imposibles de terminar.
Aquí el chocolate se sirve en versiones creativas —avellana, menta o tradicional— y los churros llegan a la mesa dorados, crujientes y recién salidos del aceite. Una parada obligatoria para golosos profesionales.
3. Churrería y Chocolatería El Guanche (Candelaria)
A solo unos pasos del paseo marítimo de Candelaria, El Guanche ofrece un descanso perfecto entre el aroma del mar y el del chocolate caliente. Su terraza invita a quedarse sin prisa, disfrutando de churros tradicionales o porras, siempre acompañadas de un chocolate denso que podría competir con los mejores del país.
Ideal para una tarde de paseo, una escapada en pareja o un desayuno de domingo con vistas.
4. Churrería Marcos (Los Cristianos)
En el sur de la isla, Churrería Marcos se ha convertido en un punto de referencia tanto para locales como para turistas. Su pequeño local, en el centro de Los Cristianos, mantiene la esencia de las churrerías de toda la vida: servicio amable, precios justos y churros que saben a tradición.
Perfecta para quienes buscan una pausa entre playa y paseo, con una taza de chocolate que se disfruta tanto como el sol del sur.
5. Churrería Alcalá (Guía de Isora)
En la costa oeste, Churrería Alcalá demuestra que no hace falta estar en una gran ciudad para conquistar paladares. Este pequeño establecimiento en Guía de Isora es todo un secreto local: churros bien fritos, porciones generosas y una clientela fiel que lo considera parada obligatoria de fin de semana.
El lugar conserva una atmósfera de pueblo encantadora, donde el tiempo parece detenerse entre risas, tazas humeantes y churros recién servidos.
